Siente sus caricias, su tacto…, ¿no oyes que te está
llamando?
Al principio empezó como algo que los odios eran incapaces
de captar, pero ahora es alto y claro.
Como la melodía que eriza el vello de la
piel, mueve las caderas y transporta a un lugar idílico.
Lo estoy intentando o, ¿no lo ves?
Qué difícil es alcanzar lo que una vez se tuvo con tanta
facilidad
Pero esta ahí, ¿no lo escuchas? ¿No lo sientes?
Casi llego a ello, pero se me escapa.
El muro que una vez derribé con la voz de miles de gigantes
me lo impide.
Ahora los pequeños duendes han creado una red que me bloquea.
Solo dime que ves como lo intento.
Solo sé que me siento caer y que el fino hilo de una telaraña
me atrapa para poder seguir.
De repente siento su abrazo y noto como su voz consuela mi
agitada conciencia.
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