La tempestad en calma extiende su
manto sobre el cielo para pintarlo de un rosado moteado.
El hielo azul de los corazones se
derrite con el toque de las lenguas suaves de los colibrís sobre los cristales
mojados del alma.
Y tú me cantas al alba para que
inhale el último suspiro de tristeza que dejó el frío de tu última lágrima.
A más ver,
Samantha Wind
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