lunes, 26 de marzo de 2018

Oda al asesino de almas


Quebraste mi alma como si de hielo en una luna congelada se tratara.

Derribaste las fuerzas que defendían mi fuerte de valor e intrepidez.

Jamás supiste que las lágrimas que derramaba eran por las barbaries que tú osabas cometer.

Gritaste a mis oídos con ráfagas de fuego, grabando tus necias palabras como un hierro candente en mi cerebro

Silenciaste mis bellos cantos, sueños y esperanzas con tu destrozada conciencia de mezquino tirano.

Engañaste, trastornaste, maldijiste y condenaste el brillo de la estela de mi inocencia, destripándola y enviándola a los abismos del infierno del que tú decidiste escapar, arrastrándome a compartir la locura que no supiste combatir.

Y ahora, yo, destrozada y sin salida, hundida en tu pozo de estiércol, miro con pena la última luz de alegría que nunca podré poseer.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Anisoptera



La búsqueda es algo constante,
como seguir el ritmo de los timbales
al son de los fuegos vivaces de nuestras entrañas.
 
Es un ritmo en sentido único,
con el propósito de conducir el alma a su liberación.

No sigas el susurro de las hojas
 entre los arboles del otoño.
Sigue el sonido de los timbales que se filtra entre ellas
en el solsticio de verano.

¡Qué naturaleza! ¡Qué sonido de satisfacción!

La tribu te llama, la búsqueda te encuentra,
y el ritmo te envuelve como las enredaderas de tu cabeza.



                                                               A más ver,

                                                                             Samantha Wind

sábado, 10 de marzo de 2018

La fábula

Mas tú sabes bien lo que yo una vez fui.

Y mi engaño de una realidad alterada jamás pudo ser.

Lo campos brillan con la ironía que tu melancólica sonrisa solía mostrar.

Girasoles que se vuelven y se revuelven entre bastos mechones humedecidos por el rocío ardiendo bajo el sol del viejo y olvidado verano.

Los colores protagonizan la escena de tu partida para brillar siete veces antes de tu eterna despedida.

Una última mirada al cian de los cielos que grabara para siempre su tinte en tu corazón de romántica poesía.

Mi voz se quedó con tus ganas de aprender a volar los desgarrados vientos que ahora gritan tu nombre.
 
Como una ofelia dormida, ofendida y agasajada por la vida, la sagrada tierra te da la bienvenida.




                                                                    A más ver, Samantha Wind