La búsqueda es algo constante,
como seguir el ritmo de los
timbales
al son de los fuegos vivaces de
nuestras entrañas.
Es un ritmo en sentido único,
con el propósito de conducir el
alma a su liberación.
No sigas el susurro de las hojas
entre los arboles del otoño.
Sigue el sonido de los timbales
que se filtra entre ellas
en el solsticio de verano.
¡Qué naturaleza! ¡Qué sonido de
satisfacción!
La tribu te llama, la búsqueda te
encuentra,
y el ritmo te envuelve como las
enredaderas de tu cabeza.
A más ver,
Samantha Wind
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