sábado, 22 de junio de 2019

Aquella estrella de allá


Una vez empecé a escribir sobre ti, no era nada largo ni bonito, porque realmente nunca llegó a ser nada. Solo escribí tu nombre y sentí todo aquello que quería transmitir con tu historia. Pero lamentablemente, nunca se hizo realidad.

Second star to the right...Una vez apareciste en mis sueños de manera repentina, sin avisar, pero tu presencia coloreó cada parte de aquel sueño. Aún recuerdo como venías a traer un mensaje que la humanidad creía perdido, olvidado y acabado. Eras la parte esencial, la clave de toda nuestra existencia. Estuviste siempre ahí, sin embargo, nunca nadie llegó a verte. Explotaron tu condición de niño único, si es que alguna vez lo fuiste. Trajiste todo lo necesario para que la aventura pudiera ocurrir y sin más miramientos, tú y yo, decidimos seguir aquella estrella. Magia. Mágico. No hay más palabras que puedan describir el rastro de tu estela, siempre alocada y perdida entre las nubes. En aquel sueño, eras tú el que más soñaba de todos, pero nunca tuve el valor de preguntarte el secreto de tu existencia. Todavía hoy me pregunto su propósito y su efecto en mi vida

Una vez más te vuelvo a recordar, esta vez para escribir aquello que no pude contar, que tuve que callar y que se había mantenido oculto durante tantos años. El tiempo ha pasado, pero ni por un solo momento ha desaparecido la ilusión que tu existencia creó en mí. Incluso ahora, años después, mis ojos contemplan aquella estrella, que un día seguimos, imaginándose aquella vida de aventuras. Aún hoy, creo en ti.


A más ver, Samantha Wind.

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